El desierto de Los Coloraos y Gorafe se encuentra repartido entre los municipios granadinos de Gorafe y Villanueva de las Torres, lindando con el Embalse de Negratín. Se trata de la zona más bella del espectacular desierto de Gorafe, una impresionante área semidesértica formada por la erosión del agua, que ha creado un paisaje de ramblas, cañones y cárcavas.
Con vistas que recuerdan al Gran Cañón, su belleza desnuda e impresionante es uno de los grandes secretos de la Provincia de Granada. Rodeado además de otros puntos interesantísimos (no dejes de leer La zona de Gorafe para ver todo lo que puedes encontrar), merece pasar al menos un fin de semana descubriéndolos.
Así que en este post vas a encontrar en realidad dos en uno: por una parte una visita guiada en 4x4 al conjunto del desierto de Gorafe, y otra en la que se recorre a pie Los Coloraos. Os dejaré un índice para que consultéis lo que más os interesa.
Al final del artículo te daré los datos prácticos para llegar y visitar este sitio tan especial; pero antes de dejarte con la visita tengo que agradecer a @a.cefranky que me enseñara todo esto, y compartiera dos días de senderismo y fotografía. En su cuenta de Instagram encontraréis preciosas fotos de la comarca.

La belleza del desierto...
El #desiertodeloscoloraos es uno de los grandes secretos de la Provincia de #Granada.
El desierto de Gorafe en 4x4.



En una ruta guiada sólo debes estar pendiente de aprender, ver y fotografiar.
¿Realmente es necesario contratar una excursión guiada?
Bueno pues mi consejo personal es un rotundo sí por varios motivos que os doy a continuación. Es cierto que hay un sendero señalizado que cruza todo el desierto, pero os llevará todo el día, saliendo bien temprano y sin poder hacer muchas paradas si queréis estar de vuelta antes del anochecer.
Yo hice una ruta 4x4 y aunque como es comprensible no es una experiencia barata, me dio la información y la perspectiva sobre el conjunto del desierto de Gorafe; y en otra vez hice senderismo libre por la zona de Los Coloraos.
Dicho ésto, sólo aclararos que busquéis un guía profesional pues algunas empresas tan sólo hacen un paseo de poco más de 1 hora; así es difícil ver nada ni enterarse de nada, y hay muchos puntos en el recorrido donde es necesario parar por lo impresionante de las vistas. Así que prisas las justas.
¡Importante!
Si deseáis realizar alguna de las excursiones, experiencias, visitas, etc. que encontráis en Granadino Errante, espero que a partir de Enero de 2021 podáis contratar directamente a través de la web.
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Las vistas sobre el cañón del Gor son sólo un aperitivo de lo que viene.
Camino al desierto: el mirador de Don Diego.
La aventura arranca transitando sobre el cañón del Gor, en la línea de cota de lo que fue el fondo del lago. Algunos restos de dólmenes acompañan el camino, donde podremos admirar también manchas del ecosistema original de esta cota: la dehesa de encinar.
Entre los bordes del cañón y las siluetas chaparras de las encinas jóvenes, aparecen una cabra montés y su cría; el sonido del coche las asusta y emprenden una carrera corta y veloz sobre la tierra rojiza. Una estampa que parece sacada de la sabana africana.
No se tarda mucho en llegar al primer punto de interés paisajístico, si es que todo lo recorrido no lo tiene. El mirador de Don Diego, con su vértice geodésico, marca el lugar en el que la cota comienza a descender y la pista se adentra abruptamente en el desierto. Desde este punto la vista sobre las cárcavas es infinita, sólo rota por las siluetas lejanas de La Sagra y las sierras béticas. Aquí acaba un mundo y empieza otra cosa: el desierto de Gorafe.


Bienvenidos al desierto.
La extensión del desierto de los Coloraos y Gorafe.
El guía nos conduce hasta el siguiente lugar en el que uno se puede hacer una idea de lo que significan los más de 1.400 km cuadrados que abarca. Este punto es además muy interesante por la vista lateral de las cárcavas, sobre las que se recorta la mancha de agua del Negratín (el mayor embalse de la provincia) y el Jabalcón, fronteras al este del desierto (pero no de los badlands).
Aquí también se puede ver perfectamente el juego de vegetación que diferencia las caras norte (con presencia de hierbas, líquenes y rastrojos), de las orientadas al sur, mucho más áridas. Asociamos el desierto con calor pero en días nublados, uno se da cuenta de que también puede resultar un lugar frío y misterioso.


Los últimos habitantes.
Uno de los momentos que más disfruté en la ruta 4x4, fue cuando paramos a ver lo que queda de lo que fue la última cueva habitada del desierto. No hace tantas décadas que aún vivía una familia allí, en apenas dos habitaciones excavadas en la tierra arcillosa.
Lo que ahora es un reclamo turístico, con estupendos y modernizados alojamientos rurales de casas cueva, no deja de tener un origen de necesidad y pobreza. Las cuevas eran las viviendas de los más humildes, que no podían ni costearse una casa.
Y cuando te enseñan el fondo del barranco que cada día debía andar la mujer para rellenar los cántaros de agua, uno realmente se queda impresionado por la dureza de aquellas vidas.


Las historias humanas también tienen su hueco en la ruta.
El cerro Banderas.
Uno de los hitos de este desierto llamado así por las franjas de colores que luce, enseñando los distintos depósitos sedimentarios acumulados capa sobre capa. Las vetas de margas, gredas, arcillas y cantos rodados, son especialmente visibles en este cerro, en cuyo punto más alto hay otro vértice geodésico que es un espectacular mirador.
El desierto de Gorafe es muy cambiante según la luz, la estación del año y el clima. Los colores y contrastes son sorprendentes, aunque es mucho mejor admirarlo en días sin sol fuerte y luz quemada, como la de verano. Al atardecer el paisaje es memorable.


Para ver el cerro Banderas en su esplendor, mejor buscar la luz de las primeras horas de la mañana.
La rambla de los Anchurones.
Uno de los parajes más bellos en esta ruta 4x4 por el desierto de Gorafe, es la bajada por el barranco de Anchurones hacia la rambla del mismo nombre. La pendiente es fuerte y el camino tiene reatas provocadas por el agua, así que Goyo nos pide que bajemos esa parte andando.
Y es todo un placer hacerlo, porque uno se encuentra de frente con grandes paredes donde se ven todas las franjas de color que tiene esta tierra, blanco, gris y distintos tonos rojizos. A la derecha queda la rambla serpenteando entre hierbas y tarays, perdiéndose en la lejanía entre las cárcavas y las formas caprichosas.
Estos baldíos forman un microuniverso encerrado en sí mismo, con sus propias reglas y su propio paisaje. Personal y bellísimo, uno no deja de asombrarse una curva tras otra y lo único que se lamenta, es estar llegando al fin del trayecto.


Toda la paleta de colores del desierto en ujn mismo lugar.
El mirador sobre Los Coloraos.
Haciendo la ruta en el sentido que hemos seguido, Los Coloraos es la última zona que se ve. Bajamos un momento del coche para ver la tabla explicativa y admirar la majestuosa vista sobre esta zona del desierto.
Aquí ya no os cuento más detalles porque si queréis conocerlos mejor, tenéis toda la segunda parte del artículo que trata en exclusiva de esta zona que realicé en un día de senderismo.
Ya sólo nos quedaba poner el final irremediable a cualquier jornada de aventura: descansar y saciar el estómago. Y es una de las cosas más de agradecer pues nos permite reposar todo lo vivido, charlar, cambiar impresiones... y conocer algo de gastronomía local. Un fin de fiestas inmejorable para esta ruta en 4x4 por el desierto de Gorafe.


Un buen guía, buena compañía y un paisaje espectacular. No se le puede pedir más a una experiencia guiada.
Patearse el desierto de Los Coloraos.
Hay otros mundos, pero están en éste.
Paul Èluard
Todos conocemos la famosa cita de Paul Èluard, pero no siempre se encuentran rincones donde la expresión cobre todo su sentido. Y eso es precisamente lo que ofrece Los Coloraos de Gorafe: otro mundo.
Nada hace sospechar la majestuosidad y profundidad de las ramblas y cárcavas que esconde. Porque para acceder hasta ellas, no sólo hay que adentrarse por pistas de tierra que quedan lejos de las miradas de carreteras y autovías; hay que bajar también a su nivel.
Los Coloraos es un inframundo, un descenso que obliga continuamente a alzar la vista hacia los altísimos cortados, las chimeneas de hadas y las laderas sinuosas que recogen la tierra desprendida por la erosión.
Los tonos rojizos que le dan nombre, se mezclan con líneas blanquecinas y ocres en unos depósitos forjados en millones de años, capa sobre capa. Desgastados por la acción del agua y la propia debilidad de las tierras, el resultado es una zona escondida de una belleza sobrecogedora.




Desde lo alto no se aprecia las dimensiones de los cortados. Hay que bajar a lo más profundo de los barrancos.
Un espacio que obliga a andar.
Aunque para llegar hasta este paraje sea necesario un 4x4 o bicicleta de montaña, para conocerlo es indispensable el andar. Su gran extensión hace imposible recorrerlo a pie en un solo día en su totalidad; pero no hay forma mejor de hacerlo.
Desde las pistas de tierra que lo atraviesan, se encuentran decenas de cañadas y lenguas de tierra que se adentran entre las paredes y formaciones. No hay que dejarse abrumar por el aspecto laberíntico; lo mejor es escoger una e ir avanzando siguiendo las estrechísimas ramblas y avenidas que forman los cauces estacionales del agua. Andar a contracorriente superando caídas de nivel, ayudándose a veces con las manos para poder subir.
Hay que mancharse y pelearse con la tierra, encajonado en torrenteras, que ofrecen mil perspectivas y vistas conforme las ramblas se encañonan. Es la única forma de ver en toda su dimensión la grandiosidad de este paisaje. Y además conforme los cauces secos se vuelven más abruptos y se embarrancan, se encuentran nuevas sorpresas: cuevas, pasos bajo arcos y cascadas secas que a veces obligan a trepar un par de metros.
Pero el asombro ante los cambios de color de la tierra, la visión de las paredes cortadas, es un espectáculo que merece la pena contemplar por muy polvoriento que uno acabe.
El Desierto de Los Coloraos bajo el agua.
Paradójicamente, el origen de Los Colorados está en un enorme lago de agua dulce que ocupaba buena parte de la actual Provincia de Granada. Desde Guadix hasta las tierras de Huéscar y Puebla de Don Fadrique, en el norte.
Este enorme espacio del Geoparque de Granada, era el fondo de ese mar interior que existió durante 4 millones de años. Finalmente debido al movimiento de tierras, el agua acabó encontrando una salida natural hacia el Valle del Guadalquivir; y desde entonces, los cauces de ríos y torrentes han ido erosionando las laderas hasta formar una gran extensión de baldíos (bad lands del Altiplano).
Y sin duda, de toda esta gran zona semidesértica, Los Coloraos es de lo más espectacular.
Los colores del desierto.
Los Coloraos recibe su nombre por los tonos rojizos que predominan en la tierra. Pero 4 millones de años dan para mucho, y distintos estratos crean tonalidades diferentes según los sedimentos acumulados.
Las tierras arcillosas dan una paleta desde los ocres a los rojizos, que incluso en algunas partes se vuelven azulados con la luz del atardecer. Las margas destacan como vetas blanquecinas, y los cristales de yeso provocan destellos en algunas laderas; llegan incluso a estar presentes en grandes formaciones, incrustados en las paredes.
Merece la pena madrugar o esperar al atardecer, para ver cómo la luz tan especial de estos momentos del día crea un espectáculo cambiante de colores y sombras.
Información práctica
- Cómo llegar: por la A92 norte, dirección Granada-Murcia. Hay que coger la salida de Gorafe, a medio camino entra Baza y Guadix en la Provincia de Granada, que nos lleva hasta este pueblo.
Si os animáis a usar vuestro propio coche, si es que es de piso alto, hay varios caminos en la comarca: los que van desde el Parque Megalítico de Gorafe; o el que sale de la carretera Gorafe-Alicún de las Torres hacia el Mirador del Caballo, a la altura de la Discordancia angular de Gorafe.
El mejor acceso para vehículos particulares es desde Villanueva de las Torres, aunque hay que ver primero cómo se encuentra el cauce del Río Fardes, que hay que atravesar. Desde allí arranca una pista de tierra que se dirige a los Campos Mones y se llega a un alto desde el que se divisa ya por fin Los Coloraos. Lo mejor es aparcar allí y continuar andando desde ese punto.
- Cuándo ir: sin duda otoño y primavera son la mejor época. El frío y el calor son intensos en esta zona en el resto de estaciones, por lo que toca madrugar y dejar la visita antes de mediodía si vais en verano, o ir bien preparado si lo visitáis en invierno.
- Dificultad: para senderismo va de fácil a moderada, según lo que exploréis. Si remontáis cauces como os he recomendado, encontraréis zonas que no hay más remedio que subir a cuatro patas, por la pendiente. La tierra está muy suelta en las laderas así que requiere un poco más de esfuerzo el caminar.
Advertencias:
- Esta zona transcurre por cañadas y cárcavas, por lo que no se debe ir si hay previsión de tormentas o fuertes lluvias. Las avenidas de agua y deslizamientos de tierra son muy peligrosos en esas condiciones.
- No hay fuentes ni cauces, indispensable llevar agua.
- El móvil pierde cobertura continuamente entre los barrancos y es una zona muy extensa. Explorad pero sin correr riesgo de perderos.
- Resulta casi irresistible el crestear por las afiladas líneas que se forman entre los surcos erosionados. Hay que hacerlo con precaución por lo inestable de la tierra, y lo fácil que es resbalar con tanta pendiente.
- Llevad una cámara de fotos, u os arrepentiréis todo el tiempo, jeje.
- Una buena excursión puede llevarse todo el día, así que es mejor que hagáis noche en la zona. Os dejo un enlace donde buscar distintos alojamientos.
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Arcos, cauces secos y cuevas os esperan si os atrevéis a explorar; pero hacedlo siempre con precaución.
Y esto es lo que os puedo contar por ahora de este majestuoso desierto granadino. Si os gusta andar podéis consultar todas las entradas de senderismo en el blog. Y descubrir lugares como nuestro pequeño Gran Cañón escondido y poco frecuentado, que hace aún más atractivo el visitar el desierto de Los Coloraos y Gorafe. ¿Os provoca?




El atardecer en el desierto es mágico.
HOLA QUIENES SON LOS QUE HACEN LAS RUTAS DEL GORAFE????
Hola Maria Angustias.
Hay varias empresas en la zona de Guadix que hacen rutas, una búsqueda en Google te dará información. No puedo recomendarte ninguna porque no he trabajado con ellas aún, pero pronto voy a entrevistarme con una y ofreceré la posibilidad de hacerlas desde la web.
Gracias por tu interés.