La nieve en Granada suele aparecer casi todos los años,

pero dura poco. Algún día suelto se dan las condiciones y entonces ocurre algo muy especial.
Hoy ha ocurrido, pero por desgracia he llegado tarde al espectáculo. Sólo pude tomar algunas fotos con buena parte de la
nieve ya derretida por la lluvia. Pero mientras cae la nieve, Granada se convierte en otra ciudad. Toma un aire de lugar de cuento, le cambia el aspecto completamente. La Alhambra parece un castillo encantado en lo alto, mientras el río Darro se transforma en un paisaje de Narnia. Y el Albaicín se transforma en La Ciudad Blanca, salida de algún relato de Tolkien o R.R. Martin.
Si alguno de vosotros ha visto caer la nieve en Granada, quizás pueda contarme si ha tenido la misma impresión.
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